Mis cuatro miedos más grandes al independizarme
Así como ustedes, yo también tuve miedos al independizarme. Y cada uno de nosotros vive una realidad totalmente distinta, pero podría decir que muchos de nosotros compartimos casi los mismos miedos a hora de tomar esta decisión.
Y hoy quiero compartirles los miedos que tuve cuando decidí irme a vivir sola y cómo enfrenté (o sigo enfrentando) cada uno de ellos. Pero antes de empezar quisiera que todos entendiéramos al miedo como la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Esta definición me recuerda mucho una frase que leí en un libro de Deepak Chopra. Él dice que el 90% de los obstáculos que nos ponemos son imaginarios no existen. Y estoy totalmente de acuerdo con Chopra, ya que cuando le hacemos frente a nuestros miedos, nos damos cuenta que muchas veces son obstáculos mentales y no son reales o tan catastróficos como nuestra mente los percibe.
Los miedos más grandes al independizarme de mi hogar de origen
A continuación explicaré uno a uno los miedos más grandes que tuve al independizarme y cómo los he ido superando. Recuerden que independizarse es un proceso natural de los seres humanos y que todos (unos más temprano que otros) nos enfrentaremos a este gran reto de crecer.
1. El miedo a quedarme sin dinero:
Siempre le he tenido mucho miedo a la escasez y a quedarme sin plata y este fue el primer miedo que tuve cuando me surgió la idea independizarme. Alguien por esa época de mi vida (a mis 24) me dijo que si realmente quería tomar decisiones importantes, tenía que enfrentarme a mis propios miedos. Así que me senté y con papel en mano, empecé a hacer un presupuesto para mi nueva vida y comencé a generar un hábito de ahorro.
Hacer un presupuesto me dio claridad sobre esos gastos nuevos que debía integrar a mis finanzas personales y me ayudó a comprender que con los ingresos que tenía en ese momento, sí podía independizarme. Únicamente debía organizarme muy bien para cumplir mis objetivos financieros.
Siempre he recomendado a las personas que inicien un hábito de ahorro porque es un mecanismo que, a mí personalmente, me ha dado la seguridad de mantener mi estilo de vida en momentos donde recibo pocos ingresos y me ha ayudado a cumplir mis metas y deseos financieros (viajes, inversiones, etc.)
Si sientes miedo frente al dinero, te recomiendo que examines muy bien tus finanzas, tus comportamientos de consumo, tu hábito del ahorro y tus creencias sobre el dinero. Una vez hayas hecho esto, podrás tener más claridad sobre la realidad de tus finanzas y sobre las posibilidades de lograr independizarte.
2. El miedo a no poder satisfacer todas mis necesidades y deseos (por mí misma):
Para algunas personas no estar en el hotel mamá puede ser complicado. En mi caso, sabía que si me iba de la casa de mis papás, ya no iba a tener las mismas comodidades: chao carro prestado, chao desayunito en la cama, chao señora del aseo, chao mercado gratis.
Sin embargo, en ese momento sentía tanta emoción por iniciar esa nueva etapa, que dejar el hotel mamá fue un miedo que pude superar muy rápido. Algo en mi interior sabía que podía valerme por mí misma y, luego de pasar 2 meses viviendo sola, logré organizar muy bien mi tiempo para poder cocinar, limpiar, trabajar y estar tranquila con mi independencia.
Si ustedes son de esas personas que no pueden vivir sin hotel mamá pero quieren independizarse, háganse las siguientes preguntas: ¿Qué estoy más dispuesto a abandonar, mi independencia o mis comodidades en el hotel mamá? ¿Soy consciente de todas las responsabilidades que adquiero una vez me hago cargo del 100% de mi vida? Las respuestas a estas preguntas deberían darles un indicio sobre lo que su corazón quiere en este momento, no se olviden de escucharlo.
3. El miedo a sentirme sola
La verdad es que este miedo no lo sentí sino solo hasta el primer día en mi nuevo hogar. Luego de una jornada de mudanza, mi familia acababa de salir de mi apartamento y me quedé completamente sola. Ya no habían ruidos de televisión en otros cuartos, no habían gritos de mi mamá preguntando quién iba a comer, ya no se escuchaba nada. Solo estaba yo en mi cama, mirando hacia el techo, preguntándome si era normal sentir esa soledad. Y tuve miedo, me sentí demasiado extraña, pero sabía que esa era una de las consecuencias de mi nueva vida y que, de ahora en adelante, tenía que abrazar esa soledad y sentirme bien con ella. Luego entendí que estaba a un botón de distancia de mis seres queridos, una llamada y listo.
Desapegarse de este miedo a la soledad es difícil y lo único que les puedo decir es que se permitan sentirla, porque en la medida que abracen la soledad y se sientan a gusto estando solos, podrán conocerse muchísimo más a ustedes mismos. La soledad no es mala, de hecho es un mecanismo de autoconocimiento bastante eficaz.
4. El miedo a regresar a mi hogar de origen (con el rabo entre las piernas)
Este miedo nos ronda la cabeza a muchos, pero creo que está más satanizado de lo que realmente es. Y también depende de qué forma uno salga de y regrese a su hogar de origen.
Si uno sale de su casa peleando con los papás y vuelve al cabo de unos meses o días, probablemente no tomó la decisión más consciente del mundo y es ahí cuando el ego duele, porque uno no quería volver, pero le tocó.
Sin embargo, hay muchísimas razones por las que uno volvería y no todas son malas. Mucha gente regresa temporalmente a la casa de los papás porque se van a mudar a otro lugar y no quieren que les cobren otro año de renta, también porque se van del país y están vendiendo todo antes de irse, o porque se quedaron sin trabajo y necesitan un apoyo de su familia mientras que se acomodan o simplemente porque no les gustó gastar tanta plata y pueden ahorrar más regresando con sus papás.
Regresar al hogar de origen no siempre es malo y recuerden que cada uno de nosotros llevamos caminos totalmente distintos. Si dar un paso atrás hoy, te ayuda a avanzar cinco pasos mañana, ¿por qué no hacerlo?
Lo único que te recomiendo es que una vez tomes la decisión de independizarte, seas consciente de lo que esta decisión significa. Si lo haces así y el día de mañana regresas a tu hogar de origen, seguramente no habrá miedo ni dolor al regresar.
Como pudieron ver, tener miedo al independizarse es normal. Unos tenemos más miedos que otros, pero lo importante es:
- Entender la razón de cada miedo
- Tener claro sin son miedos reales o imaginarios y
- Enfrentarlos para hacer los cambios que queremos hacer en nuestras vidas.